sábado, 2 de mayo de 2009

Miren que pedazo de crítica

Escrito por el Licenciado Maximo A. Barbona.

Hace ya mas de una semana, presencié la obra Cronopios (Ser feliz), del grupo del mismo nombre, Los Cronopios, claro.
Me prometí (y le prometí a otros, por extensión) hacer una crítica de la obra. Digamos que tengo las herramientas para hacerlo lo más formalmente posible, pero alguien me sugirió (con bastante tino, debo decir) que me relaje un poco. Y bueno, he aquí el resultado.

Cronopios (Ser feliz) es un espectáculo gracioso, alegre, pleno de juego en su puesta en escena. Debo decir que para mí lo mejor que le puede pasar a una obra humorística es olvidarse de ciertas formalidades e invitar a jugar a la gente. Y creo que este es uno de esos casos. Con ello gana muchos puntos: usa el arma más noble que tiene a su alcance, ese juego que ya mencioné y que la convierte (a la obra) en un ente lúdico, capaz de hacer que los espectadores dialoguen con los actores, que estos contesten, se diviertan, se mezclen con el público, los gags sean parte tanto de escena como del auditorio (atenti el momento de las flores). Los protagonistas, los Cronopios (quienes incluso juegan con el tema del nombre y bromean con cambiarselo por los “Protopios”) más que actores en función del humor, son pibes, son chicos que buscan un lugar, su lugar y desde ese punto se enfrentan a variopintos villanos. Digo variopintos y digo que esos “malosos” son personificados por los propios miembros del grupo, en paulatina sucesión. Podría decir que de algún modo son ellos y también que no lo son. Como en la infancia, donde uno es malo o a veces bueno, o poli o ladrón, dependiendo del juego que se quiera jugar.
Dentro de la obra se muestran algunas influencias, desde el humor más simple, hasta el más absurdo, del gag puramente físico (unos cachetazos tradicionalmente circenses, biondescos diría), una presentación que bien podría evocar a los viejos números de comicidad (Ted Healy and The Three Stooges!?). Los números musicales, que se me antojan herederos (o nietos, perdón por la imagen) de Les Luthiers…
Podría sentarme horas a desmenuzarles la obra y darles un sesudo y pseudo erudito análisis, tan pretendidamente pretencioso como mis palabras. Pero el hecho de que no haya podido sentarme antes a redactarlo implica que todavía resuenan en mí los chistes, las gracias, las canciones y las ganas de ver de nuevo esta obra, de compartirla, de volver, aunque más no sea por un ratito, volver a ser un nene riendome. Testigo de ello ha sido mi compañera de asiento que tuvo que padecer mis codazos, a fuerza de doblarme de la risa.
Creo que Clint Eastwood supo decir que el cine es esencialmente entretetenimiento. Parafraseandolo, podría decir lo mismo del teatro. Y “Cronopios (ser feliz)” cumple como entretenimiento (con risas, música, juego), sobradamente con la propuesta del título: te hace feliz.

Cronopios

PD: Repito lo que dije esa noche. Sino fuera uno de los Cronopios amigo de la casa, y de hecho fuese mi peor enemigo, la recomendaría igual: está buenísima!


Link a la entrada original.


¡Gracias, doctor!

3 comentarios:

Maximus dijo...

Y la publicaron acá! Oh, bueno (haciendo reverencias) no soy digno!

María dijo...

maravilloso! genial! fantasticofabulosico!
( todo muy lindo, pero saca el control de alcoholemia de los comentarios, Tito..)(¿qué sorconcho es "Chazin"?)

María dijo...

eh, p*tos! suban las cosas de you tube a esta pagina!
si mando gente para aca, tiene que ver algo!